Un Poco Retorcido

Capitulo Seis 

Resultó, que los besos no eran una cosa de solo una vez. Rutledge 
parecía pensar que ahora que lo había hecho una vez, tenía el derecho de meter su lengua en la boca de Shawn cuando quisiera - y él parecía quererlo muy a menudo.

Como resultado, Shawn había estado pasando un montón de tiempo en el regazo de Rutledge, con la lengua de Rutledge en su boca y las manos de Rutledge en su culo. Lo último le hizo sentir un poco incómodo, pero Rutledge no parecía querer otra cosa. Shawn pensó que el chico no podía evitarlo, así que no hizo un escándalo sobre ello.
Por lo general, después de unos diez minutos de besarse duro, 
Rutledge le ordenaba que se la chupara, pero hoy se estaba tomando su tiempo, besándolo una y otra vez, profundo y muy sucio, hasta que Shawn apenas podía respirar. La sensación familiar de estar completamente abrumado estaba de vuelta, y Shawn se encontró a sí mismo jadeando y haciendo pequeños ruiditos - ni siquiera estaba seguro de por qué. Era simplemente demasiado. Él no estaba seguro de si le gustaba este sentimiento el sentimiento de estar completamente abrumado - o lo odiaba.
Por fin, Rutledge rompió el beso, pero en lugar de simplemente 
ordenarle que se la chupara, como generalmente hacía, él comenzó a bajar besando por el cuello de Shawn.
"Err, estoy bastante seguro de que esto no era parte del trato", dijo 
Shawn.
Rutledge lo ignoró, por supuesto. 
Shawn puso los ojos. Desde que todo empezó, había descubierto que en realidad Rutledge se mantuvo a sí mismo bajo control en clases y no demostró el alcance de su... personalidad. Cuando estaban solos, Rutledge no se contenía: era completamente dominante. Todo tenía que hacerse del modo en que Rutledge quería.
Shawn fue arrancado de sus pensamientos cuando sintió la gran mano de Rutledge deslizarse bajo su remera para acariciar su espalda desnuda.
"Cómo que estás cruzando la línea, hombre," Shawn murmuró, aunque si era honesto consigo mismo, no le molestaba tanto que Rutledge lo tocara. Se preguntó si debía hacerlo.
No era la primera vez que se le había ocurrido a Shawn, que él no estaba ni cerca de estar tan asustado por todo el asunto como probablemente debería haberlo estado. Pero, de nuevo, él tenía la polla del tío en su boca todos los días. Esto no era nada.
Rutledge continuó mordisqueando su cuello agresivamente.
"Sácamela y mastúrbame."
Antes de que Shawn pudiera hacerlo, el teléfono celular de Rutledge empezó a vibrar en el escritorio.
Maldiciendo entre dientes, Rutledge levantó la cabeza del cuello de Shawn y extendió la mano por su teléfono.
"¿Sí?", espetó sin mirar el identificador de llamadas.
Shawn observó con interés como la cara de Rutledge se convirtió en una máscara de piedra. Obviamente, no le gustaba lo que sea que quien fuera que llamara le decía, porque su voz se volvió dura. "No me interesa, Vivian." Una pausa. "Me importa un bledo lo que quiere. Guarda tu aliento. No estoy yendo."
Despertada su curiosidad, Shawn se acercó al teléfono, tratando de escuchar lo que estaban diciendo.
"...padre está muy enfermo, Derek," la mujer Vivian - dijo. "Te juro que no estoy mintiendo. Él nunca lo admitiría, pero yo sé que él quiere verte antes de - antes... Por favor. Por mí."
La mandíbula de Rutledge se apretó. "Yo no voy a hacer lo que él quiere que haga. Yo no me voy a casar con esa niña tonta".
"Amanda es una joven agradable", dijo Vivian. "Sí, su padre es amigo de nuestro padre, pero ella no es su padre. Ella es amable y -"
"Vivian" Rutledge la interrumpió, clavando la vista en su escritorio. 
"Te estás olvidando de algo. No me interesan las mujeres. E incluso si lo hicieran, nunca me habría casado con la mujer que él eligió para mí".
Vivian suspiró. "sólo ven a casa este fin de semana. Eso es lo único que te pido".
Rutledge se pellizcó el puente de la nariz. "Bien," escupió. Colgó 
bruscamente y tiró el teléfono sobre su escritorio.
"¿Tu hermana?", dijo Shawn. Pensando que Rutledge ya no estaría de humor para sexo, estaba a punto de deslizarse de su regazo cuando Rutledge lo agarró y lo tiró en un beso.
El beso fue cruel, duro y castigador. Se terminó tan rápido como empezó.
Rutledge le agarró de la barbilla y lo miró fijamente, la ira aun 
rodando fuera de él en oleadas. "Tú vas a acompañarme."
Shawn se rió entre dientes. "¿Lo haré? Gracias por informarme".
"Te voy a pagar", dijo Rutledge, en absoluto inmutado. "Otros tres 
mil por el fin de semana."
Shawn se le quedó mirando. "No puedes estar hablando en serio. 
¿Estás dispuesto a pagarme tres mil dólares sólo para molestar a tu padre?"
La mirada que Rutledge le dirigió le habría hecho estremecerse 
algunas semanas atrás. "Eso no es asunto tuyo." Echó un vistazo a su reloj.
"Son casi las dos. Vete a casa y empaca para el fin de semana. Voy a recogerte en dos horas".
Shawn puso las manos sobre los hombros de Rutledge. "Whoa, espera un segundo. Yo no voy a ir a ningún lado. Lo digo en serio. No puedo".
Rutledge le lanzó una mirada irritada. "¿Por qué no?"
Shawn vaciló. "Tengo dos hermanas pequeñas. Tienen sólo cuatro años. No puedo dejarlas el fin de semana. No tienen a nadie más".
Rutledge tenía una expresión en su rostro que Shawn no podía leer.
"Consígueles una niñera. Yo lo pagaré."
Poniendo los ojos, Shawn saltó de su regazo. "¿Esa es tu respuesta para todo? No se puede comprar todo, ¿sabes? Yo no voy a dejar a las niñas con alguien que no conocen. Su niñera habitual tiene el fin de semana libre."
Rutledge exhaló un suspiro, sus cejas alzándose levemente mientras el ceño fruncido alcanzaba a sus labios. "Bien. Trae a las mocosas con nosotros".
Shawn hizo una pausa antes de enfrentársele. "Yo no creo que sea una buena idea. Ellas se ponen ansiosas con los extraños, y tú... bueno, tú eres tú".
Una sonrisa irónica apareció en el rostro de Rutledge.
"Contrariamente a la opinión popular, yo no como bebés para el desayuno."
Se puso de pie y caminó hacia Shawn. "Te vienes conmigo", dijo, deteniéndose frente a él. "No me importa lo que hagas con las niñas, pero tú te vienes conmigo."
Antes de que Shawn pudiera decir nada, Rutledge lo agarró del cuello y lo tiró en un beso.
Unos minutos más tarde Rutledge finalmente le permitió respirar de nuevo, y Shawn estuvo perturbado de encontrar sus dedos apretados en la camisa de Rutledge.
"Correcto", dijo, un tanto aturdido, parpadeando.
Rutledge le dio un empujón hacia la puerta. "Te recogeré en dos 
horas. Conozco tu dirección."
"Correcto", dijo Shawn de nuevo y se fue, sintiéndose más que un 
poco confundido y asustado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario