El Novio De Reserva

Capitulo Tres 

Treinta minutos más tarde, Alec dejó escapar un suspiro de alivio cuando oyó el bip, bip, bip de la combinación de la entrada sin llave frente a su casa, y Noah se arrastró al interior con sus ademanes extravagantes.
Un paquete firmemente enrollado de energía en un cuerpo compacto de uno con setenta de estatura, parecía vestido con ropa informal, pero Alec sabía que el traje de Hermes había costado una fortuna. La delgada figura de Noah lucía una camiseta de manga larga de cachemira y apretados jeans negros.
Alec solo esperaba que el hombre hubiera traído todos sus poderes de persuasión con él.
Noah cerró la puerta y se detuvo, evaluando a Alec y Dylan desde donde estaban sentados en la sala. ─Necesito un Bloody Mary.
─Apenas son las once de la mañana ─dijo Alec.
Sin embargo, Dios sabía, que después de la visita de Tyler y la francotiradora boca de Dylan, Alec también sentía la necesidad de una bebida.
─Sí, un mal quita otro mal y todo eso ─dijo Noah mientras alisaba un mechón de cabello negro de la frente─. ¿No podrías haber esperado hasta un mejor momento? ¿Cómo el año que viene?
Alec dijo con firmeza: ─No.
Lo primero que Alec había hecho después de que Tyler se hubiera ido fue llamar a Noah e insistir que viniera. Normalmente se habría apiadado de su amigo, pero esta vez las protestas por la astronómica resaca que tenía Noah no fueron escuchadas. Alec lo necesitaba para hacer entrar en razón a Dylan. Además, era lo justo. Noah era el que le había recomendado a Alec que buscara a Dylan en primer lugar, y Noah había olvidado mencionar que el hombre estaba loco.
Alec habría recordado tal descripción.
Noah cruzó la sala hacia Dylan, donde él estaba situado en el minibar, mezclando el Bloody Mary.
─Recuerda, Noah ─Dylan dijo─. La reunión de esta tarde sobre la carrera de póker no puede durar más de cuarenta y cinco minutos, como máximo.
─Haré mi mejor esfuerzo ─Noah aceptó la bebida con un gracias murmurado─. Pero no puedo garantizar nada.
Dylan señaló con el dedo en dirección de Noah. ─No me hagas sacar un cronometro.
─De acuerdo ─dijo Noah─. Con tal de que no me hagas beber solo.
Dylan sacó amablemente una cerveza de la pequeña nevera, y Alec tuvo la impresión que el patrón de interacción mutuamente tolerante había sido forjado hacía siglos.
─Vi el blog la semana pasada ─Noah le dijo a Dylan─. Tengo que decir, que tu post fue inspirador.
Sorprendido, Alec miró al mecánico. ─¿Tienes un blog?
─Sí. ─Dylan retorció la tapa de la botella abriéndola con un pop silbante─. Acerca de motos de época. ─Movió la tapa entre los dedos, y la tiró en el cubo de basura de acero inoxidable haciendo ping, al caer en el interior.
Noah sonrió mientras observaba el procedimiento. ─Eso no deja de divertirme ─dijo, dirigiéndose a Alec─. ¿No es lo más marimacho que alguna vez hayas visto?
En lugar de contestar, Alec se dirigió a Dylan. ─¿Qué escribes?
─La semana pasada expliqué lo que produce el sonido único de una Harley, comenzando con una explicación acerca de los cuatro ciclos de generación de energía. ─Una leve sonrisa se deslizó por el rostro de Dylan─. El mamar, el apretón, la explosión, y el golpe.
─Suena como mi noche de ayer por la noche. ─Noah le envió a Dylan una expresión inocente─. El mamar y el apretón fueron buenos. Pero el golpe y la explosión fueron fenomenales.
─No queremos oírte hablar de eso ─dijo Alec.
─Cariño, eso es porque ya no estás teniendo sexo regularmente ─Noah hizo un gesto hacia la bahía en la ventana─. Vives en San Francisco, por Dios. Hay un gran mundo gay por ahí con un montón de hombres para todo el mundo. ─Su mirada se posó en Alec, bajando la voz una octava─. Es tiempo, Alec.
«Es tiempo, Alec».
Las palabras resonaron en la cabeza de Alec, y él desvió su atención hacia la ventana y la Harley aparcada en la entrada. Hasta este punto, había estado evitando los consejos de Noah acerca de seguir adelante ─la pérdida de su vida sexual era el menor de sus problemas. Pero, en el fondo, sabía que Noah se refería a algo más importante.
El aferrarse a los recuerdos de tiempos mejores con Tyler era infructuoso, pero Alec había invertido dos años de su vida en su relación. «Dos años». Y dejar de lado sus esperanzas para siempre había demostrado ser más difícil de lo que jamás había imaginado.
Noah interrumpió sus pensamientos. ─Necesitas empezar a salir.
─Es cierto ─dijo Alec. Pero después de haberse equivocado tanto, ¿cómo iba a volver a confiar en su elección de un potencial compañero de nuevo? Alec empujó el pensamiento a un lado─. Excepto que ahora Tyler cree que estoy acostándome con Dylan.
Noah se atragantó con su bebida, su cara se puso roja, mientras luchaba por respirar. Por un momento Alec pensó que necesitaría ayudar a despejar las vías respiratorias de su amigo.
─Dylan es hetero rematado. Ni siquiera emborrachándolo se puede tomar ventaja de él. ─Noah fingió verse abatido. No se había ganado el apodo de la diva del drama por nada─. Confía en mí, lo intenté y fracasé.
Dylan puso los ojos en blanco. ─Eso fue hace mucho tiempo. Y todos sabemos lo mucho que amas a los confusos heterosexuales intoxicados.
─Todo el mundo tiene que tener un hobby. Además, un poco de coqueteo no le hace mal a nadie ─dijo Noah moviendo su mano de manera desdeñosa antes de volverse hacia Alec─. ¿Por qué Tyler piensa que estás acostándote con Dylan?
─Porque yo le dije que lo estábamos haciendo ─dijo Dylan.
Noah sostuvo su vaso, congelado, su único movimiento fue un lento parpadeo. Cuando por fin se recuperó, se dejó caer en una silla. ─Ahora estoy confundido.
─Bienvenido al club ─Alec murmuró.
No es que dormir con Dylan fuera una idea repulsiva. ¿Quién no admiraría su belleza clásica, cuerpo matador, y su confiada actitud? Dylan era atrevido, sin complejos, y tan áspero en los bordes que parecía tener una coraza de vidrio tallado alrededor. La crudeza terrenal le confería un impresionante magnetismo animal.
─¿Qué hay de confuso en esto? ─dijo Dylan. Tomó un trago de su botella, su manzana de Adán haciendo un lento y fascinante movimiento─. Voy a la fiesta y pretendo ser el amiguito especial de Alec.
La cabeza de Alec latió, un dolor de cabeza asesino parecía estar comenzando. ─Realmente no quieres venir.
─Diablos, claro que si quiero ─dijo Dylan en señal de protesta─. No voy a dejar que ese idiota me llame mentiroso y se salga con la suya.
─Pero tú estabas mintiendo ─dijo Alec.
─¡Ja! ─Dylan señaló con su botella a Alec─. Pero él no puede probar eso, ¿verdad?
Alec apretó su frente entre el pulgar y el dedo índice, con la esperanza de frustrar la migraña en ciernes. Mi Dios, el hombre realmente quería seguir adelante con el ridículo plan.
Alec se giró hacia Noah. ─Él es tu amigo. ¿No puedes convencerlo de no ir?
─¿Yo? ─Noah llevó su mano al pecho─. No me perdería el espectáculo de falso-homo ni por todos los zapatos Gucci de Rodeo Drive. Además, una vez que Dylan Booth tiene una idea en la cabeza, ni la amenaza del infierno, ni unos pantalones demasiado cortos harían que la olvidara. Hetero o no, va a ser un novio de reserva fabuloso.
Dylan movió la cabeza. ─¿Novio de reserva?
─Ya sabes ─dijo Noah─. El novio sustituto, al menos es así como yo uso el término. No es un novio de verdad, sólo una conveniencia. Solamente con el propósito de mostrarlo. A veces se utiliza para hacer que el ex se ponga celoso.
─No quiero hacer que el ex se ponga celoso ─dijo Alec─. Eso es un movimiento de niños de escuela secundaria.
─¿Sí? ─dijo Dylan secamente─. Bueno, a mi niño interior de doce años, le encantaría ver a Tyler celoso.
Noah volvió su mirada a Alec. ─Ya sabes lo mucho que admiro la dedicación de Tyler a la Clínica Front Street.
Alec se estremeció mentalmente, pero no debido al rápido cambio de tema. Se había aclimatado a las agitadas e incongruentes divagaciones de Noah hace mucho tiempo. Pero el nuevo tema traído a colación lo dejaba preocupado acerca de lo que podría explotar de la boca de su amigo de al lado. Con Noah, el peligro acechaba en cada benigna esquina.
─Tyler es un gran tipo y un médico fantástico. Casi demasiado dedicado a sus pacientes si me lo preguntas ─Noah continuó─. Pero él siempre es tan... fríamente separado. Juro que si su pulso fuera un poco más bajo, tendríamos que haberlo declarado muerto hace mucho tiempo ─lanzó una mirada a Alec─. Nunca pensé que él fuera el adecuado para ti.
Cristo, ¿cómo su amigo se había dado cuenta de la verdad, mientras que Alec había permanecido tan inconsciente? Cuando Dylan había abierto la boca y mintió acerca de su relación, el primer instinto de Alec había sido negar, negar y negar. Sobre todo porque sabía que cuánto más lejos fuera la mentira más lejos lo llevaría de la reconciliación.
Sí, él comprendía que habían terminado, y se tenía demasiado auto-respeto como para aferrarse a alguien quien obviamente había seguido adelante. Sin embargo, una pequeña parte de él seguía pensando que si Tyler regresaba, entonces no habría pasado dos años estando realmente tan equivocado...
Una sonrisa se deslizó hasta la cara de Noah. ─También me gustaría ver a Tyler celoso. De hecho, nada podría entretenerme más que ver a Dylan agitando sus plumas implacablemente ante El Hombre de Hielo.
─Entonces simplemente me saltaré la fiesta ─dijo Alec.
─No, no puedes ─dijo Noah con calma─. La planeé específicamente para ti y Tyler.
Dylan le lanzó una mirada confusa a Alec, pero él estaba demasiado agotado mentalmente por la idea de una velada con Dylan, Tyler, y el nuevo novio en la misma habitación para explicar su origen. Noah, en cambio, era una máquina de energía perpetua.
El entusiasmo de Noah se mostraba en su voz. ─La Clínica Front Street está recibiendo el premio humanitario del Consejo del Área de la Bahía sobre el VIH.
─¿Y...? ─preguntó Dylan.
─Y yo organicé una fiesta para celebrarlo ─dijo Noah como si la respuesta debiera ser obvia─. Tyler, Alec y yo nos partimos el culo trabajando para conseguir tener esa clínica en funcionamiento. Un cheque de cien mil dólares destinado a nuestro proyecto de vivienda y una placa pegajosa inscrita con los nombres de Alec y Tyler debe celebrarse con estilo.
Alec miró a Noah. ─Podrías cancelar la fiesta.
─Pero he comprado suficiente caviar como para un centenar de personas ─dijo Noah─. ¿Qué haría con un pedido tan grande de huevos de pescado?
─¿Donarlos a un banco local de alimentos? ─Alec sugirió esperanzado.
─Dios mío, no ─dijo Noah, como si Alec hubiera dicho que todos deberían comer gazpacho con sus dedos─. La orden viene de Caviar House and Prunier en Londres. Eso exige un paladar que pueda apreciar la calidad.
─Deja de pretender ser un snob, Noah ─dijo Dylan.
─Cariño, no estoy fingiendo.
Por una vez, Dylan tenía razón. Noah era solo espectáculo. Alec había sospechado durante mucho tiempo que el que Noah afirmara que perseguía a hombres heterosexuales bordeaba en ser una enorme exageración.
Conquistas sexuales cuestionables a un lado, Noah solía servir para el Consejo del Área de la Bahía sobre el VIH, que es como Alec lo había conocido. Cuando Alec y Tyler habían previsto primero una clínica para las personas sin hogar, Noah había trabajado sin descanso entre bastidores para asegurar que tuvieran un apoyo financiero adecuado. La energía del hombre era increíble, si no inagotable.
─Bueno, si no estás cancelando la fiesta, me voy ─dijo Dylan.
Noah estrechó su mirada en Dylan. ─Este no es el tipo de evento de cerveza-y-una-canasta-con-alas-de-pollo. ¿Estarás a la altura?
─Definitivamente ─dijo Dylan.
─A las siete, dos semanas a partir de hoy ─dijo Noah─. En mi casa.
─Voy a ser el único con collar de perro de cuero ─dijo Dylan.
Noah se rio, Dylan sonrió, y Alec dejó escapar un gemido.
Cristo, esto iba a ser un desastre.

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