Infierno Ardiente

Capitulo Siete


Scotty instó a su caballo, tratando de mantenerse un poco por delante de Grayson y Dale. Apenas podía soportar mirar a los dos hombres, ambos claramente saciados y relajados. Después de su 
liberación de anoche, Scotty debería sentirse igual de tranquilo y relajado, pero se sentía irritado. Luchaba contra los deseos que 
sentía por su pequeño pelirrojo.

Él no era gay. Le gustaban las mujeres. Sin embargo, había 
estado atraído por Grayson desde hacía semanas. Había soñado con follar al hombre noche tras noche. Hasta las más oscuras horas de la 
noche, había frotado su eje, imaginando hundirse en el cuerpo de Grayson. Más de una vez se había corrido, con el nombre de Grayson en los labios. Había luchado y sofocado las palabras y su liberación en su almohada para evitar ser descubierto. 
Por ignorancia, había pensado que una probada del hombre 
podría curarle el deseo. Un polvo rápido, sin condiciones, en la oscuridad, donde nadie podía ver. Tan pronto como se había deslizado dentro del culo de Grayson, supo que se sentía como el cielo. 
Pero él mismo se había dicho... una vez. Una vez para arrancar la idea del hombre de su mente y de su cuerpo.
Una vez sólo lo había hecho sentir como un adicto en busca de otra dosis. Cuando Dale había reclamado a su pelirrojo, los celos lo 
habían inundado. Se había sentado en la oscuridad, mirando hacia la nada, y había tenido que escuchar a los dos follando. Había querido ir a la tienda y quitar a Dale del hombre. Él había querido 
reclamar lo que era suyo.
No obstante, había luchado contra el impulso. Él no era gay. Se suponía que era solo una vez. 
Y cuando había visto a Grayson salir a la mañana siguiente, sin camisa, con sus jeans ajustados puestos, la lujuria había casi partido por la mitad a Scotty. Los celos volvieron con toda su fuerza, 
también, y junto con la necesidad que sentía, había negado todo.
Negó el increíble sexo. Negó su atracción por Grayson. 
Negó todo. 
Había visto la mirada de dolor en los ojos de Grayson. Eso 
también lo había herido a él. Pero había sido tan terco como una mula para evitar arruinarlo todo. 
Después, cuando había escuchado los gemidos procedentes del arroyo, había tratado de ignorarlos. La envidia lo había asomado a 
la solapa de la tienda. Desde ahí, había visto algunos de sus juegos. 
Se puso de pie y se acercó un poco más, duro como el infierno, mientras los espiaba follando en el agua ondulante. 
Había necesitado unirse a ellos. Sentir a Grayson debajo de él. 
Sin embargo, había sido rechazado.
Tal como él había negado a su amante. 
Dolió. Su disculpa no había sido suficiente. No estaba seguro de que tendría que hacer para volver a congraciarse con Grayson. No 
estaba seguro que alguna vez pudiera.
Una vez que rodearon uno de los altos muros de piedra del 
cañón, la mayoría de la manada quedó a la vista. Al igual que un trío de buitres. 
Scotty clavó los talones en su montura para incitarla. Alcanzó rápidamente el objeto de deseo de los buitres. Otra vaca... destripada, igual que la anterior. 

—Maldita sea.
Grayson y Dale lo alcanzaron mientras se deslizaba de su 
caballo. Se arrodilló junto a la vaca e inspeccionó el desastre. Una vez más, el animal había sido desangrado y nada de su carne comida.
—Exactamente igual que la primera. Esto no es un animal. 
Únicamente uno de la variedad humana. 
Dos hombres a caballo doblaron en el desfiladero. Scotty se giró para verlos antes de dirigirse a su caballo y tomar su escopeta. Dale 
y Grayson estaban de pie con armas de fuego en sus manos un instante después, los tres enfrentaron a los recién llegados.
Los dos hombres se detuvieron y pusieron las manos en alto. 
Scotty miró sus mochilas y vio picos y palas, así como la marca conocida en el flanco de los caballos. —Creo que ustedes dos están un poco lejos del Circle J.
—No tenemos malas intenciones —dijo uno de ellos.
—¿Qué están haciendo aquí? —Preguntó Dale mientras rodeaba los caballos. —Palas y picos. ¿Planean enterrar algo?
Ambos vaqueros del Circle J estaban callados. Eran bastante similares en apariencia, sólo que uno era un poco más moreno que el otro.
—Mi amigo te hizo una pregunta —escupió Scotty—. Contéstale.
—Veníamos a enterrar la vaca. Antes de que alguien la viera.
—¿Ustedes hicieron esto? —Preguntó Grayson.
—¡No! —Dijeron los dos hombres a la vez.
—¿Quién lo hizo? —Preguntó Scotty.
Los hombres se miraron el uno al otro. El más blanco habló. —No queremos ningún problema. Es por eso que vinimos aquí. Para evitar problemas.
—¿Quién hizo esto? —Gritó Scotty, bombeando su rifle y 
apuntándolo hacia el hombre que había hablado al último.
El hombre palideció y levantó las manos más arriba. —¡Pete! Pete lo hizo.
—¿Por qué? —Preguntó Dale.
—¿Cómo diablos voy a saberlo? El hombre está loco. Estaba 
enojado de que Mack comprara esta propiedad debajo de sus 
narices. Tal vez está tratando de obtener venganza. No puedo decir qué es lo que está pasando en la cabeza de ese hombre. Todo lo que 
sé es que está obsesionado.
—¿Por qué están encubriéndolo? —Preguntó Gray.
—Porque estamos tratando de detener una guerra sin cuartel 
entre Mack y Pete —dijo el otro hombre—. Si esto se intensifica, podría empujar a Pete al límite. No sé qué podría pasar con Mack o cualquiera de ustedes.
—¿Por qué te importa? —Preguntó Scotty—. ¿Por qué trabajar para un loco?
—Porque él es nuestro tío —el más moreno de los dos 
respondió—. Vinimos a ayudarle, sabiendo que estaba un poco trastornado antes de que viniéramos. Este lugar sólo lo ha vuelto peor.
Scotty bajó el arma. —No podemos dejar que Pete continúe asesinando a la manada. Tiene que ser detenido antes de que las vacas no sean más suficientes para él.
—Tienes razón —contestó el vaquero menos moreno—. Yo 
simplemente no sé cómo hacerlo. Cuando nos enteramos de la primera vaca, sospechamos que había sido Pete. Lo seguimos anoche 
y descubrimos que lo fue. Sabía que era perverso, pero no tan 
retorcido.
—Tenemos que decirle a Mack —dijo Scotty.
El vaquero moreno asintió. —Contárselo a Mack podría 
empeorar esto diez veces más. Mack enfrentaría a Pete. Y no estoy seguro de cómo terminará eso.
—Podemos hablar con él. Decirle de sus inquietudes. Y 
asegurarnos de que no se comporte precipitadamente.
El vaquero moreno sacudió la cabeza. —No. Él tiene que 
escucharlo de nosotros. Vamos a meter esta vaca en la tierra y luego regresaremos con ustedes y le contaremos a Mack nosotros mismos.
—¿Cooper? No podemos hacer eso. Si Pete se entera de lo que 
hemos hecho, estaremos prácticamente muertos.
—¿Y si no lo hacemos? ¿Te vas a sentar y dejar que Pete 
posiblemente mate a Mack y sabe Dios quién más?
—No sabemos si esto llegue tan lejos.
Cooper negó con la cabeza. —Y no sabemos que esto no lo haga. 
No voy a dejar que llegue a ese punto.
Scotty se quedó mirando al vaquero más claro y luego de nuevo a Cooper. Cooper miró a su compañero, hasta que el otro hombre finalmente cedió.
—Bien. Pero no podemos volver a la Circle J despué de esto. 
No dejaré que corte mi garganta mientras duermo.
—Tal vez Mack los contrate. —Cooper se bajó de su caballo y le ofreció una mano a Scotty—. Soy Cooper. Este es mi primo, 
demasiado dramático, Alan.
Scotty le estrechó la mano. —Scotty. Dale es el alto. El 
pelirrojo... —Scotty se volvió para mirar a Grayson por un momento, el deseo todavía lo inundaba al ver al hombre. Se volvió de nuevo a Cooper una vez que vio la mirada de desprecio cruzando la cara de 
Grayson—. El pelirrojo es Grayson.
Cooper hizo una señal a los otros dos hombres. —Yo diría que es un placer conocerlos, pero teniendo en cuenta las circunstancias... Esperemos que podamos solucionar esta mierda.
Scotty tomó uno de los picos que Cooper le ofreció. Cooper 
apoyó su pala en el hombro y echó un vistazo a la vaca muerta, moviendo la cabeza.
—No sé si haya alguna solución —dijo Scotty mientras volvía a enfundar su rifle.
Los cinco se lanzaron a excavar un enorme agujero que se tragara a la vaca. Hicieron un trabajo rápido y todos empujaron la vaca a la tumba. Cuando terminaron, Scotty estaba cubierto con tierra seca y sudor. Miró a Grayson, que estaba igual de cubierto que él.
La idea de jalar al hombre a una ducha con él, puso duro a Scotty como una roca en un instante, incluso tan agotado como estaba. Grayson debió haber sentido la mirada de Scotty, y se volvió para mirarlo.
—Incluso cubierto de tierra eres sexy —susurró Scotty al 
hombre—. Me encantaría ayudarte a lavar.
El calor inundó la mirada de Grayson, dándole un poco de 
esperanza a Scotty.
—Vete a la mierda, Scotty —Grayson respondió antes de ponerse de pie. Scotty observó al pelirrojo caminar de vuelta a su caballo y montar.
—Tenemos mucha tierra que cubrir para regresar al rancho —dijo Grayson a todos, sin mirar a Scotty—. Vámonos.

Scotty, Scotty, Scotty no puedo creer que lo hayas arruinado de esa forma 😡😡😡 a ver como le haces para contentar a Grayson ahora 😧😧😧

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