Gaps In Your Soul

Capitulo Cinco 



El timbre del teléfono no ayudó con el dolor de cabeza de Jared. Sentía la lengua como papel de lija y el sabor del whiskey del día anterior casi lo hace vomitar. Su herido muslo le dolía demasiado. Otro día con Vicodín. 
La cama se hundía al lado de él y el insistente timbre del teléfono se detuvo.

—Hola.
Los recuerdos fluyeron a su adolorido cerebro. Dalton… Él seguía aquí y contestó el teléfono. En su cuarto. Se oía medio dormido. Joder. 
Su corazón se detuvo y sintió una opresión en su pecho.
—Sí, bien. Yo le digo. Si, nos vemos después —Una suave risa. —Sí, gracias —Dejó el teléfono en su base. Dalton se giró hacia él. —Desayuno
—Su caliente cuerpo se acurrucó contra Jared. —Steve quiere saber si queremos desayunar.
—¿Steve?— No importaba que Steve los hubiera visto ayer en el cuarto de baño. Encontrar a Dalton medio dormido en su cuarto, confirmaba lo que Jared necesitaba esconder.
—Sí, lo recuerdas. Mi hermano, el novio. Hay un gran desayuno esta mañana dado que la boda es al mediodía —Dalton apoyó su cabeza en su mano, el codo cerca de la cabeza de Jared.
—¿Pero él te llamó a mi cuarto?— El pánico amenazaba con ganar el control. Jared tragó contra la inminente nausea.
—No. Él llamó a tu cuarto por ti, pero yo contesté. —Dalton entrecerró los ojos. —¿Qué está mal? ¿Ir al desayuno no es buena idea?
—Él sabe que pasaste la noche aquí. Qué si…
—Si —Dalton pasó su mano por el pecho de Jared. —¿Qué si qué?  Él no va a dispararte por meterte con su hermano.
El calor de la mano de Dalton trajo a su memoria la noche anterior de desinhibida pasión que necesitó una gran cantidad de alcohol. Un rubor de vergüenza lo cubrió. Él le había dicho a Dalton que lo amaba. En su ebria y lujuriosa conducta de deseo, él dijo lo que nunca podría decir.
—No puedo ser gay.
La adormilada mirada de Dalton se volvió dura. El azul acero lleno de ira. —Te tengo noticias, compañero. Eres gay. Nada de lo que digas cambiará eso —Salió de la cama. Sus fuertes músculos se movían mientras tomaba su ropa del suelo. —No puedo creer que me sucediera de nuevo,— él murmuro. —No puedo creer que dejara que entraras bajo mi piel ¡de nuevo!
Jared se enderezó en la cama. Él quería explicar pero las palabras  no se formaban. En lugar de eso vio a Dalton ponerse sus jeans y camisa.
Tomando sus zapatos, Dalton no se molestó en ponérselos. —Tú realmente estás jodido. Te amo, creo que siempre lo he hecho. Y sé que sientes lo mismo por mí. ¿Qué tan a menudo crees que la vida da esas oportunidades?
Jared tragó el nudo en su garganta. Él no podía hacer nada para explicarle por qué. Él sacudió la cabeza.
Con una mirada de exasperación, Dalton se dirigió a la puerta. — Jódete, Jared.
La puerta al cerrarse resonó en la mente de Jared. Él no podía ser  lo que Dalton necesitaba. Sin importar cuánto quisiera estar con él, Jared no podía ser gay.
Dalton atravesó el pasillo hacia su cuarto. El corazón le dolía con  reprimidas emociones. Anoche él pensó…Él debió de haberlo sabido mejor.  Borracho y a la mitad de una corrida, Jared dijo algo que no quería decir. 
¿Cuánta gente lo hace? Dalton resopló. Excepto que cuando la guardia de Jared bajó, Dalton quería creer en él. Debió de haberlo sabido mejor.
Tan pronto como él pudiera irse esta tarde, se iría de aquí. Se rehusaba a desperdiciar su tiempo y energía deprimiéndose por Jared North. Dalton nunca había tenido problemas para encontrar citas cuando quería. El recuerdo de Jared se introducía con cualquiera que se le acercara demasiado. La mayor parte del tiempo las citas no habían valido el problema. Ahora él tenía su respuesta y necesitaba seguir con su vida.
Jared estaba contra la pared atendiendo su dolor de cabeza, con más de lo mismo. Él le dio un trago a su whiskey viendo a las parejas bailar y girar en medio de la pista de baile con la música de rock, cortesía de la banda local. La boda había salido sin tropiezos. Steve y Lydia giraban alrededor de la pista olvidándose de la multitud que los rodeaba. Físicamente una pareja extraña, Steve levantó a su pequeña rubia novia. La obvia emoción entre los recién casados causó un nudo en la garganta de Jared que no podía desaparecer. 
Podría ser tan feliz con alguien… Su mirada fue hacia Dalton. El hombre no le había dicho una palabra desde que salió del cuarto esa mañana. Claro, Jared no había acudido al desayuno. Su estómago hubiera protestado ante la idea. Aparte, él no se sentía capaz de enfrentar a Steve. 
En la limousine que los llevó a la iglesia, Steve había llenado los incómodos silencios en la conversación con frases de su boda. Una vez ahí, Jared no había visto a Dalton de nuevo, hasta que apareció en el altar al lado de Steve. 
La mayoría de la gente en la boda llevaba tuxedos negros, vestidos blancos y azules. El azul en los vestidos de las madrinas era casi del mismo color que los ojos de Dalton. 
Ahora, con el dolor en su pecho, su resaca podría explotar, Jared deseaba que todo terminara. Como uno de los padrinos, él no podía irse hasta el final.
Su mirada finalmente encontró a la figura con el cabello arena. Dalton estaba cerca del bar riéndose con los parientes de la novia. Su tranquila postura y la sonrisa en su cara eran tan diferentes al doloroso ceño fruncido de esta mañana. 
Jared cerró los ojos. Los alegres ojos de anoche lo acosaban. El dolor en su pecho gradualmente se fue a su garganta. Otro trago de whiskey no disminuyó la tensión. 
El ritmo rápido de la música cambió a una lenta balada. Dalton caminó hacia la multitud y reclamó a la novia. Sus lentos movimientos hechizaron a Jared. La gran mano de Dalton acunaba la espalda de Lydia. Su otra mano sostenía la de ella en un suave agarre.
—¿Cómo te sientes?— La voz de Steve interrumpió sus reflexiones.

Un rápido rubor lo recorrió. —Mejor —Jared no se atrevió a mirar a su amigo. —Discúlpame acerca de mi comportaminto en la fiesta de anoche. Supongo que hice el tonto.
—No realmente. Pero puedes hacerlo ahora.
La mirada de Jared dejó la forma de Dalton bailando. —¿Qué es lo  que quieres decir?— Él esperaba no obtener el “no preguntes, no hables,” de su viejo amigo. Su carrera era lo único que él tenía. A menos que la armada decidiera retirarlo por discapacidad.
—Sabes, en un momento de mi vida pensé que el mundo giraba alrededor de mi carrera. Atender los negocios después de la muerte de mi padre era todo en lo que podía pensar —Una cariñosa sonrisa se formó en sus labios. Su mirada buscaba a su novia en la pista de baile.
Jared frunció el ceño ante el tema, no estaba seguro a dónde iba Steve. Su mirada siguió la de Steve y se enfocó en Dalton.
—Casi pierdo a Lydia. Ella no es una mujer que tome el rechazo bien. Nosotros tuvimos una pelea espectacular —Steve se rió. —Ninguna de nuestras peleas son tranquilas. La mujer puede ser una real alborotadora. Ella no acepta mierda de nadie. Especialmente de mi —Él suspiró. —Esa noche ella me dijo que terminaría viejo y solo con archivos legales de la compañía. Esa era la compañía de mi papá, él la había fundado. Era mi deber atenderla. Casi la pierdo. 
Una mano tomó el hombro de Jared. —Carreras, siempre puedes iniciar otra, Jared. Pero encontrar quien llene el vacío en tu alma… Eso sólo sucede una vez en tu vida. Piensa acerca de lo que renuncias. Piensa duro, mi amigo.
La mirada de Jared se enfocó en el hombre alto con cabello arena que bailaba. Su mente repetía cuatro palabras de Steve. Vacío en tu alma. 
La armada había estado en su sangre desde que él era niño. Él nunca consideró otra carrera. Con un solo propósito trabajó hacia su meta. Ahora eso parecía insignificante comparado a una vida sin Dalton. 
No le tomó mucho tiempo el pensarlo, dejó su bebida y caminó 
hacia la pista de baile. La mirada de Dalton fija en la suya mientras 
atravesaba la concurrencia. 
Se detuvo a lado de Lydia, Jared tomó una profunda respiración. 
Un suave toque en el hombro de ella para captar su atención. 
Su cara brillaba con felicidad, era su día especial. Ella se giró hacia él, levantó su brazo para que pudiera bailar con ella. 
Él sonrió y sacudió su cabeza. 
Jared no pensó que fuera posible, pero ella le dio una aún más brillante sonrisa y se apartó del camino.
La expresión cerrada de Dalton se resquebrajó ligeramente. Sus labios se tensaron y una suave arruga se formó en su frente.
El corazón de Jared golpeaba en su garganta. Esa era su vida. La que él quería, debería haber algo que decir en la manera en que la vivía. 
Su familia, amigos carrera, nada lo había hecho tan feliz como ese corto fin de semana con Dalton. Él tenía derecho a elegir su camino en la vida. 
Ahora la única cosa que él quería, que había querido durante diez años, estaba frente a él vestido en tuxedo y con una desconcertada expresión. 
Asintiendo ligeramente y sonriendo, Jared se acercó a Dalton. Sus brazos no sabían adónde iban con otro hombre. 
—¿Quién guía?
Un fuerte abrazo eliminó la confusión acerca de muchas cosas. El calor del cuerpo de Dalton combinado con un rubor de vergüenza. Jared alejó sus dudas. Su mirada fija en la de Dalton. 
—Lo siento.
Los ojos azules se cerraron brevemente. —Está bien.
—Te amo.
Los ojos de Dalton se cerraron y tomó una profunda respiración. —Te amo, también.
La música no importaba, los curiosos desaparecieron. Jared se inclinó entrando en el duro cuerpo. Sus labios encontraron el confort de los de Dalton. Entrelazando sus lenguas. Regocijándose en el calor del abrazo de su amante, Jared sostenía su futuro con ambas manos. 
FIN

Lamento infinitamente la tardanza con el capitulo final de esta historia espero me perdonen 😧😧😧

2 comentarios:

  1. Aaaaah.. ya terminó? Pero así me gustan las historias , me gustó..
    Gracias x traernos la historia.. (u.u) mucho love para ti... :3

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  2. Wow!!! No pense q seria el final...pero estuvo muy bien, gracias x publicarlo.
    Espere algo ansiosa pero sabia q primero es la salud. Que bueno quebya estes mejor.
    ¿siguiente proyecto?... apuntada.
    Gracias

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