El Aristócrata y el Príncipe del Desierto

Capítulo Final

El palacio estaba dividido en áreas públicas para asuntos administrativos, y áreas privadas en donde el rey y su familia vivían. Takeyuki fue guiado a un profundo lugar en el área privada en donde se encontraba la recámara de Ashif. Solamente la cámara del Rey y el corredor que guiaba a la antigua área del Harem estaba más allá de ellos.
Ahora que el harem estaba fuera de la ley esa área era la villa imperial y estaba abierta a visitas públicas. La política del Rey Muhammad era que “la cámara real se compartía con la gente” y Ashif estaba de acuerdo con ese pensamiento.
La cama de Ashif era lujosa. Varios gruesos colchones cubiertos y encerrados por un dosel. Era tan grande que cinco adultos podrían fácilmente estar acostados lado a lado, Ashif llevó a Takeyuki encima de la cama completamente desnudo, y le prometió—: Solamente te amaré a ti para el resto de mi vida. Takeyuki estaba tan complacido y avergonzado que no sabía cómo actuar. Sólo movía sus pestañas tímidamente.

—Afortunadamente tengo seis hermanos y hermanas,
desdichadamente no se han reconocido derechos de herencia para las mujeres, pero mis dos hermanos menores comparten la sangre de mi padre y son excelentes candidatos para heredar.
Incluso si no tengo hijos, eso no comprometería la línea real a mi muerte. No te preocupes por nada tonto como eso.

—Está bien, Ashif.

Ashif había pensado más allá antes de construir una relación con Takeyuki, y no había engaño en los sentimientos comunicados a través de la piel de Takeyuki. Ashif acariciaba toda la cara de Takeyuki y éste dejó salir un suspiro contenido.

—Takeyuki… —Los labios de Ashif tocaron suavemente la boca cerrada de Takeyuki.
Takeyuki aceptó la suave sensación y sintió un dulce dolor recorrer su cuerpo. Un delicado gemido salió de él. Le gustaban los besos de Ashif. Se sentía increíblemente bien. Takeyuki estaba extasiado, embriagado en sus besos.
Sus labios se conectaban una y otra vez haciendo vívidos ruidos. Esos lindos besos robados sólo hacían que las mejillas de Takeyuki se ruborizaran.

—¡Mm-ah! —Su cuerpo comenzó a calentarse profundamente en su interior.
Atrevidamente atrapó con sus pies desnudos a Ashif, y frotó
su dolorido miembro en el abdomen de Ashif. La punta del miembro de Takeyuki estaba húmeda y manchaba los músculos del abdomen de Ashif.

—Tienes prisa. —Ashif alejó sus labios y bromeó dulcemente
con Takeyuki.
Takeyuki enterró su cara en el hombro de Ashif humillado.
Los dedos de Ashif bajaban por el cuello de Takeyuki a su
hombro, clavícula y al pezón derecho.
Los pezones de Takeyuki ya estaban duros, Ashif pellizcó el derecho, entonces empezó a frotarlos y estimularlos con la palma de los dedos. El izquierdo lo atrapó entre sus dientes y empezó a chupar.

—¡Nngh-no! —Takeyuki movía su cabeza hacia atrás ante las fuertes sensaciones, sus dedos aferrados a los musculosos brazos de Ashif. Cuando Ashif acariciaba su pecho, su cuerpo entero dolía como si una corriente eléctrica lo atravesara y Takeyuki no podía quedarse quieto. Sus caderas se levantaban y las puntas de los dedos de sus pies se flexionaban, y él gritaba, e incluso encontró su voz increíblemente erótica.

—¡Ah! Mm-no… ¡no! ¡Ah!
Esa no era la primera vez que su piel había sido tocada, pero nunca había dormido con otro hombre, ni sus pezones habían sido acariciados. No tenía idea de que su pecho era tan sensible. Comparado con la poca experiencia de Takeyuki, Ashif
era un privilegiado en el arte del amor, y fácilmente apartó las
rodillas de Takeyuki.

—N-no, es demasiado… eso me va a llevar a la locura.

—Entonces ve a la locura. —Ashif apartó los desesperados ruegos de Takeyuki con calmadas pruebas de afecto—. Quiero ver cómo pierdes el control.
Chupaba los erectos pezones de Takeyuki

—¡Anngh! —Takeyuki, perdido, gritó sin vergüenza arqueando su espalda y empujando su mentón en el aire.
Sus rojos pezones atormentados por la boca y la mano se hincharon casi al doble de su tamaño. La lengua de Ashif los jalaba y empujaba, lamiéndolos incluso más, y Takeyuki sollozó.
Ante cualquier cosa que le hiciera Ashif, la sensación que se
difundía sólo podía ser llamada buena. Takeyuki estaba
preocupado de que la locura lo invadiera. Nunca antes había
sentido tanto cariño por alguien o deseado con todo su cuerpo.

—¡Ahhh-Ashif… Ashif!
Rogaba por los besos de Ashif y el hombre asaltó la boca de Takeyuki como si la devorara. Forzó los labios de Takeyuki para que se abrieran y deslizó su lengua entre ellos.

—Unngh-mmph…
La salvaje lengua de Ashif trabajaba dentro de la pequeña boca de Takeyuki, causando que salieran gemidos, sus lenguas se enredaban cuando ellos se chupaban uno al otro.
Un lujurioso placer recorrió la columna de Takeyuki. El éxtasis
causó que su espalda se arqueara y su cabeza girara. La punta
erecta de su pene brillaba de humedad drenando un
indecente fluido. El magnífico órgano de Ashif también pulsaba caliente.
Confundido con los fuertes besos, Takeyuki sintió que la mano de Ashif se dirigía hacia sus nalgas.
—Ah…
Takeyuki gimió inconscientemente mientras se agarraba a Ashif.
Él era grande y estaba duro como una roca, era casi como
un arma.

—Esto va a entrar en tu interior —murmuró Ashif con una excitante y sensual voz.
La mandíbula de Takeyuki temblaba con miedo y temor.
Iba a decirle a Ashif que era imposible, pero Zayid selló sus
húmedos labios con los suyos y una vez más Takeyuki no pudo
hablar.

—No te asustes —continúo Ashif sosteniendo el tenso cuerpo
de Takeyuki—. Te amo y seré feliz de hacerte el amor. Te gustará
cómo se siente esto, como si pudieras morir, dejaré que te acostumbres a mí poco a poco, y al final será tan bueno como  para hacerte llorar. Tú me perteneces, Takeyuki.
Esa declaración estaba tan llena de confianza que casi era arrogancia, y hacía que el corazón de Takeyuki se agitara. Si alguien le hubiera hablado así antes, se hubiera sentido indignado, pero perdonaba a Ashif por eso. No… no lo perdonaba, sólo le parecía natural de esa manera, el encanto de Ashif era tan real e imperturbable. Podía decirse que ésa era la compostura y dignidad de la realeza.
Ashif continuaba besando el cuerpo de Takeyuki por todos lados, gradualmente llevó su cabeza a la ingle de Takeyuki.

—Abre más tus piernas.
Takeyuki había mantenido sus muslos juntos, avergonzado,
pero ahora estaba totalmente abierto.

—A-Ashif —Takeyuki dijo balbuceando, pero Ashif no le
prestó atención. Hasta el último vello en el cuerpo de Takeyuki le
pertenecía a él. Así que no tenía por qué sentirse avergonzado.
Así era como se sentía.
Ashif, acostado entre las piernas abiertas de Takeyuki,
comenzó a acariciar la palpitante erección en el centro del
cuerpo con sus manos y su boca. La tragaba hasta la base y
enrollaba su lengua alrededor. Prestó atención especial a la
cabeza del pene y al pequeño agujero en la punta, causándole
cosquillas con la lengua. Takeyuki era tan inexperto en esas cosas que jadeaba desesperadamente, contoneando las caderas y aferrándose a las sábanas.

—¡Anngh, ah, detente! —olas de placer lo atravesaban.
Takeyuki movía su cabeza de lado a lado y contoneaba su
cadera indecentemente.

—¡Nngh-no!

Un lujurioso éxtasis lo instaba y luego se alejaba para volverse a instalar como una ola, y Takeyuki se sentía en el cielo y el infierno al mismo tiempo.

—Yo-Yo no puedo tomar esto… Por favor… ¡A-aah!
Con la intensidad del placer, Takeyuki enterraba las uñas en
las sábanas y tensaba el cuerpo.

—Anngh.

Luces explotaban en sus ojos y la escena entera quitaba el
aliento. Incapaz de contenerse, Takeyuki liberó un estridente
grito mientras soltaba su impúdico fluido dentro de la garganta de Ashif, quien lo trago sin dudarlo, y pasó su lengua por cada centímetro del órgano de Takeyuki, una y otra vez, lamiendo incluso el pequeño agujero limpiando los remanentes en él.

—D-detente… Por favor, Ashif —sollozaba Takeyuki humillado. No había esperado ser presionado a exponer su repugnante conducta. Pero Ashif nunca dudó, sostenía el cuerpo de Takeyuki lamiendo sus dedos y besando sus hombros.

—Lloras como bebé.

—¡Tonto! —golpeó con su puño el pecho Ashif.

Ashif aceptó el golpe sin moverse. Su ancho, hermoso, seductor y bien definido pecho ni se movía con los débiles e histéricos golpes de Takeyuki, Ashif sostuvo el puño de Takeyuki fácilmente, abrió su mano y besó cada dedo. Cada movimiento era tan hábil y práctico que hizo que Takeyuki se calmara obediente.

—Tienes hermosos dedos —declaró Ashif con pasión viendo
las manos de Takeyuki. Había emoción en su voz—. Cualquier
joya se vería hermosa en ellos.

—No necesito joyas.

—Entonces, ¿qué es lo que necesitas? 

—Ashif le devolvió la
pregunta y el calor encendió la cara de Takeyuki.

Vio hacia abajo y suavemente bajó su mejilla al pecho de Ashif.

—Takeyuki… —Ashif mencionó el nombre como si no pudiera contener la emoción.
Envolvió sus brazos alrededor de Takeyuki y acarició su
espalda y cabeza con su palma.

—Estoy siendo serio.

—Yo también —contestó Takeyuki sin dudarlo.

—Pero finalmente regresarás al Japón, ¿no es así?

—Pero puedo volver.

Ashif dejó de acariciar la cabeza de Takeyuki, quien al parecer había atrapado a Ashif fuera de guardia.
Takeyuki levantó la vista y vio fijamente a los ojos azules de
Ashif.

—Si mis padres están de acuerdo, te juro que regresaré. Así que por favor, Ashif…
Espera por mí, no me olvides hasta que regrese.
Takeyuki no dijo una palabra pero apelaba al espíritu de Ashif
con la honestidad de su mirada.

—Takeyuki… —La voz de Ashif estaba llena de emoción.

—Si me lo permites, podría reunirme con tus padres y pedirles tu mano. ¿Estarías en contra de eso?

—No estaría en contra, pero… —Takeyuki estaba en conflicto.
Si no lo hubiera ofrecido él ni siquiera lo hubiera considerado, pero, ¿cómo podía pedirle al príncipe de todo un país que hiciera algo como eso? Sus padres estarían tan sorprendidos que entrarían en pánico. Nunca imaginarían que el príncipe de un país extranjero fuera personalmente a pedirles
a su hijo. Pero Takeyuki definitivamente esperaría mejores resultados que si él trataba de convencerlos.

—¿Tú harías eso?

—Claro que lo haría.

Ahora era el turno de Takeyuki de tragarse su dura resolución

—Entonces, vienes conmigo.

La verdad era que Takeyuki no quería alejarse de Ashif ni un
momento. Más que contar con el permiso de sus padres, tener a
Ashif para siempre hacía más feliz a Takeyuki.
Takeyuki se presionó contra el cuerpo de Ashif y sintió el
palpitante miembro de Ashif contra su ingle. Un intenso deseo brotó dentro de él.

—Ashif…

Takeyuki abandonó sus dudas y tomó el largo, grueso y lleno, miembro erecto. El órgano estaba lleno con puro espíritu, pulsando para probar los sentimientos de Ashif. El saber que sostenía una parte de Ashif, llenaba a Takeyuki de una adoración abrumadora. Ahora Takeyuki entendía cómo se
había sentido Ashif cuando apasionada y cariñosamente había aceptado los fluidos de Takeyuki. Takeyuki quería darle a Ashif la experiencia del mismo placer.
Mientras Takeyuki palpaba la erección de Ashif, Ashif
pasaba sus lubricados dedos entre las nalgas de Takeyuki y
encontró el arrugado agujero de Takeyuki.
Aplicó lubricante en los tensos pliegues poco a poco, para
no tensar más la íntima parte de Takeyuki que nunca antes
había experimentado el toque de un hombre. Empezó a deslizar
un dedo al interior. Primero empujo el índice hasta el primer
nudillo. Cuidadosamente, sin forzarlo ni apurarse. Ashif dejó que Takeyuki se acostumbrara a la sensación de tener un objeto
extraño dentro de él, y luego lo retiró, volviendo a empujarlo...
Ashif estaba siendo muy paciente, manifestando el afecto en el trato.
Luchando contra la humillación y el dolor, Takeyuki se enfocó en relajarse alrededor de lo que Ashif estaba haciendo en su cuerpo.
Finalmente el dedo índice estuvo dentro hasta la base.

—¡Ahh! ¡Nngh!

Takeyuki gimió cuando sintió el dedo en el interior de su cuerpo.
Pronto el dedo comenzó a moverse.

—¡A-ah! No-no todavía, ¡yo… ah!

—Está bien, sólo no te tenses.
La voz de Ashif estaba llena de excitación. Era como si estuviera desesperado por la pasión y el anhelo de empujar su miembro dentro del interior de Takeyuki. Empujó su dedo profundamente en el interior de Takeyuki, quien se estremeció.
Cuando imaginaba un largo objeto en su interior, seguía tensando su conducto, y apenas había aceptado un solo dedo.
Takeyuki no podía evitar tener miedo. Pero era más que miedo
lo que sentía, estaba sorprendido de que el cuerpo humano pudiera permitir que dos personas estuvieran juntas de esa manera, y con la anticipación, no podía negar que sentía un dulce dolor en el centro de su cuerpo. Cada vez que el dedo de Ashif salía de Takeyuki oía un húmedo ruido, mordió su labio
inferior mientras libidinosamente se ruborizaba hasta los oídos.
Sus rodillas estaban levantadas y sus muslos separados. Sentía su
membrana interna siendo acariciada y el inequívoco placer aumentaba.
Takeyuki jadeaba y gemía. El dedo entraba profundamente, tentativamente, no permitiendo que Takeyuki se sintiera nervioso. Así que Takeyuki se enfocó obedientemente en aceptar su primera experiencia.
El dedo en el interior del cuerpo de Takeyuki salió. Él se sintió
aliviado y respiró profundo.

—Trata de acostarte sobre tu abdomen —sugirió Ashif y
Takeyuki obedeció.
Había muchos cojines de diferentes tamaños en la cama y Ashif seleccionó uno de entre ellos, un cojín cilíndrico.

—Levanta tus caderas.

Takeyuki levantó sus caderas, sin realmente entender lo que iba a sucederle. Ashif acomodó el cojín debajo de él. Takeyuki terminó en una humillante posición con sus caderas levantadas.
Estaba tan avergonzado que trató de levantarse. Ashif empujó
sus hombros y lo forzó a detenerse.
Ashif besaba la espalda de Takeyuki como si tratara de calmarlo. Los besos de Ashif en cualquier lado, hacían que Takeyuki sintiera placer y asombro.

—Buen niño.
Besó una de sus nalgas.
—Te amo.
Beso la otra.

Takeyuki liberó un profundo y satisfactorio suspiro y cerró los
ojos. Deseaba sólo sentir los dedos y labios de Ashif. Decidió no
pensar nada más. Si Ashif era el que la iba a cometer, podía
aceptar cualquier indignidad. Él me ama… te amo, repetía una y otra vez en su corazón. Recordó cada mala impresión del hombre en su primer encuentro. ¿Cómo pudieron sus
sentimientos haber cambiado tan completamente? Incluso Takeyuki encontraba eso misterioso. Cinco días en el desierto habían tenido ese poderoso efecto en él.
En esa vergonzosa posición, acostado con la cara en la
cama y el trasero al aire, Takeyuki separó más los muslos.
El aire tocaba sus partes privadas que sólo habían sido juguete para los dedos de Ashif hasta ese momento. Estaba seguro que los pliegues húmedos de lubricante lo hacían suspirar de lujuria. Takeyuki estaba consciente de su propia indecencia y enterró su cara entre las sábanas.
Por favor, que no me vea tan repugnante, casi rogaba.

—No te avergüences, cada parte tuya es hermosa —murmuró Ashif honestamente, contestando al ruego no pronunciado de Takeyuki.

—Mentiroso…

—No miento. Es ligeramente rosa, y está pidiendo glotonamente chuparme a su interior.

—¡Detente! ¡No digas eso!
Takeyuki cubrió sus oídos y sacudió su cabeza.
Ashif estaba provocándolo, deliberadamente trataba de
avergonzar a Takeyuki diciendo cosas humillantes. Takeyuki lo
sabía pero aún así reaccionaba exactamente como Ashif
quería. Cómo podía Takeyuki, ingenuo como era, igualarse a
Ashif, que parecía tener mucha experiencia.
Los dedos de Ashif entraron en el expuesto agujero de Takeyuki.

—A-angh… ¡ah!

—Relájate.

Takeyuki lo hubiera hecho si pudiera, sin que se lo dijeran.
Tomó una profunda respiración y la soltó.
Cuando exhaló, su cuerpo se relajó.
Ashif metía su dedo medio junto con el índice, cubiertos de lubricante, relajando la tensión de su agujero incluso más, empujándose completamente al interior. Los hombros de Takeyuki temblaban y el dolor le hizo gritar.

—¡Detente! No…, ¡está demasiado apretado!

—Te acostumbrarás pronto —contestó Ashif fríamente.
Entonces, como si quisiera alejar la frialdad de sus palabras,
acarició la sudada espalda de Takeyuki, sus hombros y cabello, tiernamente.

—Yo estoy haciéndolo diferente. Si haces ruidos con sólo dos dedos, nunca seré capaz de ser uno contigo. Trata de ser fuerte.
Takeyuki compartía el deseo de abrazarlo y ser uno con él.
Quería todo con Ashif.
Takeyuki relajó los músculos desesperadamente y se
concentró en tomarlo. Los dos dedos del hombre lo abrían y se
movían suavemente.

—¡Ah-nngh! ¡Sí, ahí!

El profundo lugar dentro de él le envió una sensación de placer que se deslizó a través de su cerebro. Cada vez que Ashif lo tocaba, Takeyuki jadeaba y gemía.

—¡Nn-anngh!

—Se siente bien, ¿no es así?

—No… cuando tú haces eso, yo… ¡ah!
Cuando los dedos de Ashif presionaban o golpeaban
contra la próstata, Takeyuki no podía contener sus indecentes
gritos. Su cabeza dolía con un asombroso placer.

—Takeyuki… —él deslizó sus dedos fuera del cuerpo de Takeyuki.
Ashif se inclinó sobre el cuerpo de Takeyuki y en lugar de sus
dedos la punta del grueso y duro órgano presionó contra él. —
No sostengas la respiración —le advirtió Ashif y un momento
después empujó dentro del interior de Takeyuki.

—¡¡Anngh!!
Eso era completamente diferente a los dedos.
El grueso y duro eje estaba caliente y sólido mientras sin misericordia se empujaba más y más dentro del cuerpo de Takeyuki, causando que éste gritara y gimiera.
Sus paredes eran frotadas tan inmensamente que se estremecía.
Pero Takeyuki sabía que la razón de que sintiera sólo el mínimo dolor era que Ashif había lubricado su interior.

—¡Oh… Ashif, Ashif! —Takeyuki gritaba y sollozaba y Ashif se
apuró a darle tantos besos en la mejilla que Takeyuki nunca
hubiera podido contar.

—Ya estoy totalmente adentro. —La voz de Ashif era profunda y erótica.

—¡Ah-angh! Yo siento eso, Ashif. Takeyuki claramente sentía
a Ashif en su interior. Su corazón se aceleró con la emoción. Él
amaba a Ashif y podría quedarse para siempre con él.
Yo no podría dejarte y vivir. Takeyuki nunca hubiera
imaginado que podría caer en un dramático romance.
Hacía poco más de una semana que viajó a Cassina, había
planeado el viaje, pero la vida de Takeyuki había dado un giro
de ciento ochenta grados. Había conocido a Ashif y al principio
ambos se resistieron. Pero ellos eran como los polos opuestos de
un imán que nunca pueden separarse.

—¿Puedes moverte un poco? Yo no puedo esperar más y quiero correrme dentro de ti. —La voz de Ashif estaba al límite ahora.
Takeyuki asintió y movió su cuerpo.
El hombre se movía dentro del agujero de Takeyuki.

—¡Ah… angh! —Takeyuki no podía pensar en un mayor
placer.

—Takeyuki… Takeyuki —gritó Ashif cayendo en la espalda
de Takeyuki



La parte de él que Ashif había penetrado estaba incandescente mientras que el ardor en su corazón era como el fuego. Un bajo gemido escapó de Ashif. Ah la prueba del amor de Ashif está fluyendo dentro de mí. Takeyuki pensaba en el indescriptible éxtasis fluyendo a través de él y cerró los ojos. Los brazos de Ashif lo rodeaban.

FIN



Hemos llegado al final de está historia espero que lo hayan disfrutado 😉😉😉
Gracias por leer 😚😚😚

1 comentario:

  1. Wow... Este ultimo capitulo estuvo exitante..!! X'D gracias chicas x las traducciones de este libro.. tomo my love para ustedes.. 😘😘❤

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