Ella Tiene Bolas

Capítulo Final 


―No, realmente, no bailo,— Chris le dijo al libidinoso viejo por segunda vez.

—Vamos será divertido. Les daremos algo de qué hablar.

Mantendré mis manos en mi mismo,— Harold prometió con palabras saturadas de alcohol. Sus ojos nunca dejaron los falsossenos de Chris. Y si la saliva en la esquina de la boca de Harold significaba algo, Chris podía estar seguro de que él quería atraparlo.
Alto y distinguido, Harold tenía su atractivo. Una cabeza llenade abundante cabello blanco. Chris revisó distraídamente el cuarto
buscando a Vin. Casi sonríe cuando lo descubrió conversando con una pareja, su mirada fija en Chris.

—En ese caso, si,— Chris dijo, dándole a Harold una forzada
sonrisa.
Él tomó el vaso de Chris y lo dejó en la mesa. Harold se acercó.

—¿Sabes?, bailar es como el sexo con ropa. Genial.

—Christy,— Doreen habló, haciéndole señas.

—Hi, Doreen. Oh, lo siento tanto. Continuaremos esto después, Harold.— Chris se separó del control de Harold.

—Estaré esperando,— Harold prometió. Amenazador.

Chris se dirigió hacia Doreen en la dirección opuesta. —Gracias por interrumpir eso. Te debo una.

—Afortunadamente, hay una oportunidad justo ahora.— Ella se rió ante su propia críptica broma .— No te preocupes por Harold.
Es igual con todas las mujeres, especialmente las grandes.
¿Debería Chris estar ofendido?

—Grande, ¿huh?

—No quise decir eso, cariño. Él solo… no aprecia a las escuálidas chicas en talla dos.

—¿Y lo dejas tantear? ¿Qué con su esposa?— Chris preguntó.

—Cada esposa es la esposa de Harold, le oí decir eso. Silencio, ahora, no digas nada más.
Doreen redirigió el camino alejando a Chris de la fiesta. Carla esperaba por ellas y las condujo a otro cuarto.
Nina sonrió cuando ellas llegaron juntas. Ella les dio una copa de champagne a cada una. Una quinta estaba burbujeando serenamente en la mesa de café. ¿De quién?

—Bienvenida al vecindario, Christy.— Nina levantó su copa.

—Bienvenida al vecindario.— Las otras dos murmuraron. 

La quinta persona no se materializó, Chris mantuvo la pregunta para si mismo. Él las siguió y levantó la copa y aceptó el brindis. El aire se sentía pesado y con razón.
¿Lo habría visto Vin salir?
Chris siguió bebiendo, preguntándose qué seguiría y esperando como el infierno que el microfono funcionara. Ellos no habían tenido confirmación de la oficina del sector después de haber marcado la secuencia y notificado la posible actividad esa noche. Podía solo asumir que los chicos técnicos estaban escuchando en algún lugar y
saldrían si era necesario.

—Esto es lo que parece. Todas mis mujeres en un mismo lugar.
La voz de Harold se deslizó como aceite frió por la columna de Chris. Él llegó al lado de Chris y deslizó su brazo sobre el hombro de Chris.
Nina se rió cuando Chris giró los ojos. Ella le dio a Harold la
quinta copa.
Doreen le dio un guiño a Chris.
Me estás engañando.
Harold bajó su brazo y palmeó el trasero de Chris. Chris
mantuvo su irritación bajo control. Esta vez. Si la mierda trataba de nuevo, le quebraría la jodida muñeca. Su culo tenía un jodido letrero de reservado, incluso aunque Vin no aceptara la invitación.

—El Club de Jardinería tiene un nuevo miembro,— Harold dijo
sarcásticamente .— Nosotros somos un grupo dedicado con
conexiones, Christy. Nuestra clientela crece fuerte todos los días. —Resopló ebrio .— Crece. ¿Lo captas? La clientela crece, como la hierba.

—Harold,— Doreen amonestó.

—Silencio mujer. Nosotros, todos somos socios aquí. Todos somos amigos. ¿No es verdad, Christy?— Se tambaleó contra Chris, y le plantó un húmedo beso en la cara.

—Nos reunimos los miércoles en la biblioteca infantil,— Carla dijo .— Segundo cuarto de conferencias. Genial cubierta, ¿no te parece?

—Brillante,— Chris aceptó. ¿Quién sospecharía de una reunión de traficantes de drogas en la biblioteca infantil de un acaudalado barrio suburbano?

Harold se inclinó pesadamente contra los hombros de Chris,
exhalando su inflamable aliento en su cuello.

—¿Y el necesario sembradío? Se requieren tres diferentes
variedades del mejor grupo de híbridos si vamos a aumentar la producción,— dijo Chris.

—Esa es la belleza de esto.— Dijo Doreen. —Todo está aquí.
Realmente, entre nosotros. Usamos energía solar, nuestra energía está fuera de esto, así evitamos el consumo excesivo, y solo somos simples familias usando la energía promedio.

—Pero no lo somos. La cantidad de energía que obtenemos y acumulamos y la que compramos a la compañía eléctrica se encarga del cultivo de la casa.— Carla agregó, emocionada.

—¿Está aquí? ¿En el sótano?— Chris preguntó. Nina se rió. —Todos nuestros sótanos y pronto tuyos.

—Hileras e hileras de hermosa hierba verde,— Carla agregó.
Sus ojos brillaban.

Chris pensó en las imágenes infrarrojas del satélite que Vin le había mostrado. Ninguna de esas casas mostraban puntos de calor.

—¿Cómo pueden esconder las señales del calor?

—Eso lo hace Harold. Él no es solo nuestro proveedor, es también la mente brillante detrás de la alta tecnología, colocó paneles aislantes,

— Doreen explicó.
Carla tomó lo último de su champagne. —Eso realmente
absorbe la energía que utilizamos para lograr que las plantas crezcan, entonces las aísla y enfría las celdas del resto de nuestros paneles solares.

—Esa es una enorme inversión,— Chris dijo. La idea se veía
increíblemente ingenua y creativa. ¿Pero cómo la convierten? ¿Cómo hacia “Harold el borracho” para saber de eso?

—Mi dinero. Mi compañía. Mis recursos. Mi olla libre.— Harold pasó su mano arriba y debajo de la espalda de Chris, más interesado en inhalar que en escuchar la conversación.— No puedes hacer dinero sin gastar dinero.

Las implicaciones eran enormes. Que las ventas se fueran al cielo era cuestión de tiempo. Con mínima dirección, poca acción y pocos cultivadores; a menor número, mayores ganancias que podrían aumentar, doblándose o triplicarse con el nuevo sistema para cada cultivador. Harold y sus damas podian arrinconar el mercado.
Ellos controlarían el flujo de drogas y los precios. Con productos de calidad Premium y bajos costos, ellos acabarían con los otros cultivadores hasta que ellos tuvieran la mayoría. De ahí las
posibilidades eran ilimitadas. Manteniendo la calidad Premium hasta que los consumidores compraran desesperados.
Y había consumidores por todos lados. Cada escuela, cada oficina, cada departamento del gobierno.
Sin obstáculos, ellos tendrían el poder. No era extraño que
quisieran lo que creían que Christy ofrecía. Organización, creación de redes, investigación de recursos en varias comunidades…
Infiernos, sí. Ellos querían a Christy. Ella les daría una vía rápida a la cima.

—Harold es un genio,— Nina murmuró.

—Y si Harold quiere algo. Harold lo tiene,— Doreen dijo.

—Damas, ¿por qué no salen y nos dejan a Christy y a mi
conocernos un poco más?— Harold sugirió. Su brazo clavado en la cintura de Chris.

—Joder, no.— Chris dijo retirando el brazo.

La expresión de Doreen se desencajó, su sonrisa cambió a la clásica señal de una reprimenda en formación. Todos ellos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió y los agentes de la DEA entraron armados.

—Ya era jodido tiempo,— Chris dijo.
Se quitó la peluca y abrió los botones de su vestido, mostrando su enorme y práctico bra blanco. Jalando el cable negro, ya había oído todo lo que necesitaba saber del club de Jardinería.

—Ella es un niño,— Harold exclamó, cayéndose de culo en su esfuerzo por alejarse. —Ella es un ¡él!

—Atrapado, por así decirlo.— Chris dijo con una traviesa sonrisa.
Chris se levantó el vestido y sacó la maleta. —Ve y empaca tus cosas, Tarp. El equipo limpiará y se encargará del resto,— le gritaron .— Buen trabajo, Tarp. Lindas tetas,—alguien más dijo .—¿Vas a celebrar? ¿Vas a joder?
Todas las cosas para asegurarse de irritar sus nervios. Se bañó, arrancando a Christy al olvido y se vistió con los pantalones de Vin.
Entonces por qué estaba enojado, fue al cuarto de Vin y tomó también una de sus camisas. Estaba jodidamente nadando en esa cosa.
Él tomó el frente de la camisa de suave algodón y la metió
dentro de los pantalones, acomodando el borde.

—¿Me estás evitando, Vin? ¿Temes que quiera una jodida de despedida y no te sientes caritativo?— dijo bufando las palabras.
Dios, su corazón dolía.
Chris tomó un par de estúpidos calcetines. —Maldición.—
Cerró los ojos por el reciente dolor. Luchó contra la verdad, excepto que ahora sabía que había luchado. Él estaba enamorado de Vin.

—Soy tímido,— Vin dijo, tranquilamente.

Chris vio alrededor, sorprendido. Bueno, Vin estaba de regreso. ¿Pero qué tenía que ver que fuera tímido con el caso?

—Soy tímido,— Vin empezó de nuevo, entonces se detuvo .—Alrededor de ti. Tú haces más difícil para mi pensar bien.

Chris se enfrentó a él, dándole su completa atención a Vin.
Esperando oír lo que él creía oír.

—No puedo ir despacio. Te toco y no quiero dejar de tocarte.—Vin alejó la mirada un momento, sus ojos atormentados. Cuando levantó la vista de nuevo, caminó hacia Chris. Su blanca camisa abierta hasta la cintura con una blanca camiseta de delgado algodón escondiendo la vista a su hermoso pecho.

—Pensé que querías mujeres,— dijo Chris, pensando en las tres mujeres con las que Vin estuvo coqueteando esa tarde.

—La mujer que quiero…ella tiene bolas,— Vin dijo sonriendo .— Y la mayoría de las veces, él no usa vestidos. Si de mi dependiera, él no usaría nada.

Una jadeante risa escapó de Chris. ¿Podría ser posible? ¿Vin lo quería?

—¿Sabes lo peligroso que eres para mi?— Vin preguntó.
Acarició un lado de la cara de Chris, trazando su mandíbula antes de deslizar su mano por su cabello .— No en mi trabajo. Eso puede ser complicado, pero sobreviviré a eso. A ti, no estoy seguro que pueda sobrevivir.
El pecho de Chris dolía. Más, quería oír que Vin dijera más.

—¿Vas a besarme? Porque como yo lo veo vas a besarme. Puedes llamarlo ilusión si quieres. Tú puedes borrar la memoria de un hombre con uno de tus pucheros.

—Cállate,— Vin murmuró contra los labios de Chris.

—Callado.

Vin cubrió la boca de Chris con la suya. La sostuvo en una dulce presión por un momento antes de liberarla y permitir algo de espacio entre ellos de nuevo.

Vin había hablado más esa noche que lo que había hecho en toda la misión completa. Y Chris no quería que se detuviera. Las palabras tenían mucho peso para el futuro de Chris. El futuro de ambos, esperanzadoramente.

—Puedo fácilmente enamorarme de ti. Dices lo que piensas y te importa una maldita cosa quien oiga. Eres un imbécil. Un divertido imbécil, e incluso usando una ridícula bata de flores con tu pene asomándose, tú me enciendes sin intentarlo. Que no cocines me importa un bledo. Perdí la cabeza con lujuria hasta que tuve
problemas para hablar. Así que no hablo a riesgo de decir que te quiero y que espero que te sientas de la misma manera. No temes ir detrás de lo que quieres. Tú me besaste y sentí como si estuviera en el único lugar en el que quería estar, pero aun así no podía acercarme lo suficiente. Me dejabas suponiendo, queriendo, deseando.

—Vin,— Chris gimió, sin habla, excitado mas allá de la razón.
Vin lo silenció sacudiendo la cabeza. 

—Nunca iría tras de ti.
Eres peligroso para mi porque en solo dos días que pasé contigo ya sabía que cualquier chico que conociera lo mediría con lo que siento por ti ahora.— Vin se apartó .— Necesito alejarme, Chris, porque no  puedo decirte no y no soy lo suficientemente objetivo para pensar que esto es solo estrictamente físico.

—¿Alejarte? ¿Te parece que no estoy interesado?— Chris preguntó, incrédulo. ¿Cuántas veces tenía que correrse por el hombre, eyacular por el hombre antes de que Vin supiera que también era diferente para Chris?

—Para un rollo, seguro. Lo que yo quiero es mucho más duradero que toda una noche jodiendo tu apretado culo. No creo que estés listo para eso.

—Entonces, ¿qué es lo que crees que quiero? Muero porque
ilumines el tema,— Chris retó.

—Hablas mucho acerca de mí, pero a ti parece gustarte lo
visual.

—¿La carne?— Chris preguntó, perplejo. —¿Todo lo que quiero es un cuerpo caliente para hundir mi pene en él? Supongo que tienes que aprender algunas cosas acerca de mí. Yo sé cosas de ti sin que me las hayas dicho.

Vin cruzó sus brazos sobre su pecho. Una clásica postura de
desafío de Vin. ¿Ves? Chris sabía eso, ¿no es así?

—Estoy enamorado de ti, retrasado, incluso si tu mamá hizo que crecieras con hormonas de crecimiento,— Chris dijo, sonriendo .
— Confesando que podrías estar enamorado de mi con demasiado detalle para no ser nada, a menos que ya estes enamorado de mi.
Dices mucho para un tipo que no dice mucho. Tu lenguaje corporal marca bien los puntos. Llena los espacios que tu discurso deja en blanco. Incluso un medio-imbécil detective puede ver eso. Estabas contando con que el novato se perdiera los detalles. No hay posibilidad.

La expresión de Vin se suavizó.
—¿Cómo?

—¿Me dejarás continuar con el mismo tono?— Chris preguntó.

—Estoy escuchando.

—Eres lo suficientemente duro para lanzarme contra la pared sin esfuerzo, muy sorprendente que prefieras agregarle jarabe de
chocolate al café, y bastante gentil para provocarme con besos. Te importó cuando creíste que me habías lastimado,— dijo Chris
levantando sus muñecas .—Infiernos, incluso trataste de besarme mejor. Tienes grandes habilidades de chef, las aprendiste de tu papá, pero no eres un snob que ve por debajo de su nariz a los otros
que no pueden hacer eso. Tu investigación fue impecable y
mantuviste cada cosa guardada en tu pecho. Algunas veces demasiada guardada. Eres un amante apasionado y demandante.
Generoso y compasivo y sé que caíste enamorado a mis pies.

—No dije amor,— Vin gruñó.

—No tienes que decirlo.

Nada se quedó en el tintero. Vin estaba excitado como el infierno con amor mezclado con miedo y esperanza en el caldero de la lujuria. Las cosas que podrían marcar el alma de Chris de por vida.
Vin sacudió la cabeza. —Tu culpa,— dijo a través de una temblorosa respiración .— Eres una jodida tentación.

—No la suficiente tentación para hacer que lo digas,— Chris dijo.

—¿Decir qué?— Vin soltó el aliento, claramente complacido con la deducción de Chris. Una lenta sexy sonrisa se formó en sus labios .— Eres inteligente, atrevido, sexy y caliente como el infierno.
Incluso tu incesante charla me enciende.

—Y?

Vin lo interrumpió capturando el labio inferior de Chris entre
los suyos. —También te amo. ¿Vas a callarte para que pueda besarte?

—Callado.



Fin

Bien hemos llegado a otro final espero que les gustase la historia de estos dos ardientes oficiales 

1 comentario:

  1. Haaaa... Queria más de Ellos, pero me ha gustado... Gracias x el tiempo q pones para traernos estas historia... ❤❤❤

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